Caso clínico: Espiga en nariz perra

Paciente: perra siberian husky hembra

Los clientes nos cuentan en la primera visita que la perra estaba paseando por la calle normalmente, oliendo como hace siempre, y de golpe empieza a hacer estornudos muy exagerados, levantando la cabeza y casi tocando el suelo con el morro a cada estornudo. Hace secreción transparente con un poco de sangre. Primero lo hace muchas veces durante 5 minutos, después lo hace muy de vez en cuando y los propietarios piensan que ya se le ha pasado. Al día siguiente al levantarse por la mañana, vuelve a hacer estornudos con secreción transparente y también algo de sangre, con lo que deciden llevarlo a nuestro centro veterinario de Vilanova i la Geltrú.

Exploramos al animal y comprobamos que todo es correcto. Planteamos a los propietarios anestesiar al animal para poder explorar la cavidad nasal y poder confirmar la presencia de un cuerpo extraño, ya que nuestra principal sospecha son las espigas vegetales.

Los propietarios no están muy convencidos de que pueda tener una espiga, pero deciden hacerlo después de explicarles que es mejor ahora anestesiar al animal, para poder hacer la exploración y evitar que la posible espiga pueda ir entrando más a dentro de la cavidad nasal y empeorar los síntomas.

Una vez anestesiado el animal, podemos extraer una espiga muy gruesa de la cavidad nasal derecha. A los 30 minutos, la perra se va a casa por su propio pie sin hacer más estornudos. Dos días más tarde, llaman los propietarios para decir que está perfecta, que no ha hecho más estornudos y puede seguir haciendo su vida normal.

En época de espigas, evita pasear los perros por zonas con muchas espigas. Si paseas por alguna zona donde hay, ya sea en el campo o los troncos de los árboles de la calle, y notas que el animal cierra los ojos, sacude las orejas, estornuda o tiene mucha tos, debemos asegurarnos de que no hayan entrado espigas para evitar complicaciones posteriores.